DJWHAL KHUL
DJWHAL KHUL
© Peter Fich Christiansen and Birgitte Fich
En anteriores encarnaciones fue el filósofo Kleineas, discípulo de Pitágoras, en Grecia. También el instructor budista Aryasanga, en el año 600 d. C. El Maestro Djwál Khul, o Maestro D.K., como se le llama con frecuencia, es otro Adepto del segundo rayo, del Amor-Sabiduría.
Es el último Adepto que recibió la Iniciación, pues recibió la quinta en 1875 (este dato puede, posiblemente, haber cambiado), y ocupa el mismo cuerpo en que la recibió, mientras que la mayoría de los otros Maestros la recibieron mientras ocupaban anteriores vehículos. Su cuerpo no es joven, y es tibetano. Es devoto del Maestro K. H., y mora en una casita no muy lejos de la de este Maestro.
Por Su voluntad en servir y hacer cuanto convenga, se le llama “el Mensajero de los Maestros”. Es profundamente culto y sabe más sobre los rayos y las Jerarquías planetarias del sistema solar que ningún otro Maestro.
Actúa con los que se dedican a la curación y coopera, desconocido e invisible, con los que buscan la verdad en los grandes laboratorios del mundo, con todos los que se proponen curar definidamente y aliviar al mundo, y con los grandes movimientos filantrópicos, tales como la Cruz Roja. Se interesa por los diversos discípulos de varios Maestros, que pueden aprovecharse de Su instrucción, y en los diez años últimos, y posiblemente muchos más, ha auxiliado tanto al Maestro Morya como al Maestro K. H.
A Él se deben las partes relativas a estos temas de las más grandes obras esotéricas contemporáneas, desde la "Doctrina Secreta" de H. P. Blavasky, hasta el "Tratado sobre Fuego Cósmico" de Alice. A. Bailey.
Trabaja con Devas etéreos sanadores.
También actúa como preceptor de prácticamente todos los discípulos que se hallan en etapa de aprendizaje.
DJWHAL KHUL
LA GRAN INVOCACION
ORIGEN DE LA GRAN INVOCACION
La humanidad se encuentra hoy en un peculiar y excepcional
punto medio entre un pasado desventurado y un futuro lleno de promesas, siempre
que se reconozca la reaparición de Cristo y se lleve a cabo la preparación para
Su venida. El presente está lleno de promesas y también de dificultades;
actualmente y en el presente inmediato la humanidad tiene en sus manos el
destino del mundo – o si puede expresarse así, con toda reverencia- la
actividad inmediata de Cristo.
La agonía de la guerra y la angustia de todo el género
humano condujo a Cristo en 1945 a tomar una gran decisión, manifestada en dos
declaraciones muy importantes. Anuncio a la Jerarquía espiritual y a todos Sus
servidores y discípulos en la tierra, Su decisión de emerger nuevamente,
estableciendo contacto físico con la humanidad, si llevaba a cabo las etapas
iniciales para el establecimiento de rectas relaciones humanas.
Luego dio al mundo (para ser recitadas por el hombre común)
una de las más antiguas plegarias conocidas, pero hasta ahora sólo se la ha
permitido utilizar a los Seres más excelsos. Se dice qué Él Mismo la utilizó
por primera vez en 1945 durante la Luna llena de Junio, reconocida como la Luna
llena de Cristo, así como la Luna llena de Mayo, el Festival de Wesak, es la
del Buda. No fue fácil traducir estas frases antiguas (tan antiguas que no
tienen fecha ni antecedente alguno) en palabras modernas, pero ello se ha
hecho, y la Gran Invocación puede eventualmente ser una plegaria mundial.
Solamente unos pocos, muy pocos emplearon el Padre Nuestro
en los primeros días del cristianismo, porque era necesario registrarlo y
expresarlo en términos comprensibles, y traducirlo adecuadamente antes de ser
utilizado ampliamente. Este esfuerzo llevó siglos. Tenemos hoy todos los medios
para una rápida distribución, y han sido empleados para divulgar esta Gran
Invocación.
Es decir que el origen de La Gran Invocación es
decididamente jerárquico, proviene desde la Jerarquía Espiritual Planetaria o
de ese conjunto de Maestros de Compasión y Sabiduría, de los cuales el
Instructor del Mundo es uno de sus Guías fundamentales (llamado Cristo por los
cristianos y con otros nombres en diferentes tradiciones religiosas y
filosóficas de nuestro Mundo Moderno.
SU USO Y SIGNIFICADO
La belleza y la fuerza de esta Invocación reside en su
sencillez y en que expresa ciertas verdades esenciales, que todos los hombres
aceptan innata y normalmente, como son la verdad de la existencia de una
Inteligencia básica a la que vagamente damos el nombre de Dios; la verdad de
que, detrás de todas las apariencias externas, el Amor es el poder motivador
del Universo; la verdad de que vino a la Tierra una gran Individualidad –
llamada Cristo por los cristianos – que encarnó ese amor para que pudiéramos
comprenderlo; la verdad de que el amor y la inteligencia son, ambos, efectos de
la Voluntad de Dios; y finalmente, la verdad evidente de que el Plan divino
sólo puede desarrollarse a través de la humanidad misma.
Esta invocación no es propiedad de ningún individuo o grupo
en especial. Pertenece a toda la humanidad. Empleándola o estimulando a otros
para que la reciten, no se favorece a ningún grupo ni organización determinada.
Toda la Invocación se refiere a ese inminente, influyente y
revelador depósito de energía, causa inmediata de todos los acontecimientos
sobre la Tierra, que indican el nacimiento de algo nuevo y mejor; estos
acontecimientos demuestran el avance de la conciencia humana hacia una mayor
luz.
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya luz a las
mentes de los hombres
Que la Luz descienda
a la Tierra.
Las tres primeras líneas se refieren a la Mente de Dios como
punto focal para obtener luz divina. Esto concierne al alma de todas las cosas.
El término alma – con su máximo atributo de iluminación – incluye al alma
humana y a ese punto culminante que consideramos como el alma “influyente” de
la humanidad, que aporta luz y difunde la iluminación. Es necesario tener
presente, siempre, que la luz es energía activa.
Cuando invocamos a la Mente de Dios y decimos “Que afluya
luz a las mentes de los hombres, que la Luz descienda a la Tierra”, estamos
expresando una de las mas grandes necesidades de la humanidad y, si la
invocación y la plegaria encierran algún significado, la respuesta vendrá con
toda seguridad y certeza. Cuando los pueblos sienten la necesidad – en todo
momento, en todas las circunstancias y en todas las épocas – de implorar a un
Centro espiritual invisible, podemos tener la plena seguridad de que dicho centro
existe. La invocación es tan antigua como la humanidad misma.
Cristo dijo que los hombres “prefieren la oscuridad a la
luz, porque sus obras son malas”. Sin embargo, la gran belleza que emerge,
actualmente, reside en que la luz llega a todo lugar oscuro, y nada de lo que
está oculto quedará sin revelar. Los pueblos reconocen la oscuridad y la
miseria actuales, y por consiguiente da la bienvenida a la luz. Una de las
mayores necesidades actuales consiste en iluminar las mentes humanas a fin de
que vean las cosas tal cual son y comprendan los móviles correctos y la forma
de establecer correctas relaciones humanas. En la luz que trae consigo la
iluminación, veremos finalmente la luz, y llegará el día en que miles de hijos
de los hombres e innumerables grupos podrán decir con Hermes y con Cristo: “Yo
soy (o somos) la luz del mundo”.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios
Que afluya amor a los
corazones de los hombres
Que Cristo retorne a
la Tierra.
Las tres líneas de la segunda estrofa conciernen al Corazón
de Dios y se refieren al punto focal de amor, el “corazón” del mundo
manifestado en la Jerarquía espiritual — esa gran inteligencia que transmite
amor a todas las formas de la manifestación divina.
El Amor es una energía que debe llegar a los corazones de
los hombres y fecundar a la humanidad con la cualidad de la comprensión
amorosa; cuando el amor y la inteligencia se unen, se dice que expresan eso.
Cuando los discípulos estén activos y sean reconocidos por
Cristo, llegará el momento en que nuevamente Él podrá caminar abiertamente
entre los hombres; podrá ser reconocido públicamente y realizar, así, su tarea
en los niveles externos e internos de la vida. Al despedirse de sus discípulos,
Cristo les dijo: “Estaré siempre con vosotros, hasta el fin de los tiempos”.
Cuando Cristo venga, florecerá activamente la conciencia
crística entre los hombres. Derramará, en el mundo de los hombres, la fuerza y
la energía características del amor intuitivo. Los resultados de la
distribución de esta energía de amor será doble:
En primer lugar, la energía activa de la comprensión amorosa
movilizará una enorme reacción contra la fuerza del odio. El odio, la
separatividad y la exclusión serán considerados como el único pecado, pues se
reconocerá que los denominados pecados se derivan del odio o de su
consecuencia, la conciencia antisocial.
En segundo lugar, innumerables hombres y mujeres de todos
los países, se unirán en grupos para promover la buena voluntad y establecer
correctas relaciones humanas. Su número será tan grande que, de una minoría
pequeña y relativamente poco importante, se transformará en la fuerza mas
grande y de mayor influencia del mundo.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe
a las pequeñas voluntades de los hombres
El Propósito que los
Maestros conocen y sirven.
En las tres líneas de la tercera estrofa tenemos una
plegaria para que la voluntad humana pueda estar de acuerdo con la voluntad
divina, aunque no sea comprendida. Estas tres líneas indican que la humanidad
por sí misma no puede captar, todavía, el propósito divino, ese aspecto de la
voluntad de Dios que busca inmediata expresión en la tierra. Debido a que el
propósito de la Voluntad de Dios trata de ejercer influencia sobre la voluntad
humana, indudablemente se expresa en términos humanos como buena voluntad, viva
determinación o firme intención de establecer correctas relaciones humanas.
La voluntad divina, tal como es en su esencia, sigue siendo
el gran misterio. Incluso el propio Cristo hubo de enfrentarse a la prueba de
la voluntad divina, y se dirigió al Padre en el preciso momento que comprendió,
por primera vez, la extensión y la complejidad de su misión como Salvador del
mundo. Entonces exclamó: “Padre, hágase no mi voluntad, sino la tuya”. Estas
palabras significaron el abandono de los medios por los cuales trataba de
salvar a la humanidad, y le indicaron lo que podía parecer en esos momentos un
aparente fracaso y que su misión no fuera cumplida. Cristo ha esperado casi dos
mil años para llevar esa misión a su cumplimiento, pues sin la acción recíproca
de la humanidad, no puede proseguir esa misión que le fue asignada.
Esta invocación es, esencialmente, el propio Mantram de
Cristo, cuyo “sonido se ha difundido” por todo el mundo al ser pronunciado por
Él y ser utilizado por la Jerarquía espiritual. Ahora, las palabras de la
Invocación deben propagarse por todo el mundo, al recitarlas todos los hombres,
y su significado debe ser expresado por la mayoría de la gente, a su debido
tiempo. Entonces, Cristo podrá “descender a la Tierra” nuevamente y “ver los
anhelos de Su Alma y quedar satisfecho”.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el
Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta
donde se halla el mal.
En las tres líneas de la cuarta estrofa se invocan los tres
aspectos o las tres potencias de la Mente, del Amor y de la Voluntad, indicando
que todos estos poderes se han afianzado en la propia humanidad, en “el centro
que llamamos la raza de los hombres”. Sólo en él pueden expresarse, en tiempo y
espacio, las tres cualidades divinas y pueden hallar su realización; sólo en él
puede nacer verdaderamente el amor, actuar correctamente la inteligencia, y
demostrar, la Voluntad de Dios, su voluntad real hacia el bien. Por medio de la
humanidad, sola y sin ayuda (excepto la que brinda el espíritu divino en cada
ser humano), puede ser sellada “la puerta donde se halla el mal”.
La última línea de la cuarta estrofa quizás necesite una
explicación. Es una manera simbólica de expresar la idea de hacer inactivos e
ineficaces los malos propósitos. No existe un lugar especial donde reside el
mal; el Libro de Revelaciones del Nuevo Testamento habla del mal, de la
destrucción del demonio y de hacer impotente a Satanás.
La humanidad mantiene abierta “la puerta donde se halla el
mal” por sus deseos egoístas, su odio y su separatividad, por su codicia y sus
barreras raciales y nacionales, por sus bajas ambiciones personales y por su
afición al poder y a la crueldad. A medida que la buena voluntad y la luz
afluyan a las mentes y a los corazones de los hombres, las malas cualidades y
las energías dirigidas que mantienen abierta la puerta del mal, cederán su
lugar al anhelo de establecer correctas relaciones humanas, a la determinación
de crear un mundo mejor y más pacífico y a la expresión mundial de la voluntad
hacia el bien. A medida que estas cualidades sustituyan a aquellas otras viejas
e indeseables, la puerta donde se halla el mal se cerrará, lenta y
simbólicamente, por el simple peso de la opinión pública y por el verdadero
deseo humano. Nada podrá evitarlo.
Así se restaurará el Plan original sobre la Tierra.
Simultáneamente, ante la humanidad se abrirá la puerta al mundo de la realidad
espiritual y se cerrará aquella donde se halla el mal. Así, mediante el “centro
que llamamos la raza de los hombres”, el Plan de Amor y de Luz se re-establecerá
y asestará el golpe mortal al mal, al egoísmo y a la separatividad, sellándolos
en la tumba de la muerte para siempre; así, también, se cumplirá el propósito
del Creador de todas las cosas.
Que la Luz el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la
Tierra.
La última línea contiene la idea de la restauración –
indicando, a la vez, la clave para el futuro – y que llegará el día en que la idea
original de Dios y su intención inicial ya no se vean frustradas por el libre
albedrío y la maldad de los humanos, por el puro materialismo y el simple
egoísmo; entonces, debido a los cambios producidos en los corazones y en las
metas de la humanidad, el propósito divino será cumplido.
Sugerencias para el Trabajo:
1. Reflexionar unos
pocos minutos cada día sobre la Invocación, esforzándose por comprender su
significado más profundo. Luego pronunciar la Gran Invocación con determinada
intención y concentración. A medida que se realiza, visualizar la Luz, el Amor
y la Voluntad al Bien, penetrando en los corazones y las mentes de las personas
de todo el mundo.
Día Mundial de Invocación
Cada año, desde 1952, personas de todas partes del mundo han
celebrado el Día Mundial de Invocación en el día de la luna llena de Géminis.
Es un día global de plegaria y meditación en el que personas de diferentes
senderos espirituales se unen en una súplica universal a la divinidad entonando
La Gran Invocación.
El Día Mundial de Invocación es un día de plegaria en el
que, mediante el empleo de La Gran Invocación, se unen los hombres y mujeres de
cualquier sendero espiritual en un llamamiento universal a la divinidad. Juntos
actúan como un foco unido para la demanda invocativa de la humanidad por luz,
amor y la dirección espiritual necesarias para la construcción de un mundo de
justicia, unidad y paz.
Al comenzar el nuevo milenio, nos enfrentamos con la
realidad de que los valores materialistas han conducido a la raza humana a un
estado de profunda crisis. Nuestra misma supervivencia se encuentra amenazada,
no sólo por la carrera armamentista, sino por nuestra propia falta de sabiduría
y voluntad para alimentar al hambriento, compartir nuestros abundantes recursos,
y resolver una multitud de otros problemas críticos que confrontan hoy a la
familia humana.
Y sin embargo la solución existe. Una de las grandes ideas
intuidas en nuestro tiempo es la de la interdependencia e interrelación de toda
vida que tiene su existencia sobre la Tierra. Millones de personas comparten
hoy la convicción de la unidad espiritual interna de la familia humana, la cual
trasciende cualquier diferencia externa de raza, nación o credo. Al manifestar
esta convicción en sus vidas, los hombres y mujeres de buena voluntad de todo
el mundo se convierten en actores sociales de un proceso de transformación
planetaria. Emerge una nueva civilización que engloba a todos, y se funda en el
reconocimiento de nuestra compartida humanidad, y en las correctas relaciones
humanas.
Los problemas mundiales son creación de la humanidad, y a la
humanidad le corresponde solucionarlos. Pero la esencia de la vida espiritual
reside en saber que no estamos solos. Las energías de la divinidad están
abundantemente disponibles, y es en el Día Mundial de Invocación que surge el
llamado para la liberación de esas energías que le darán a la humanidad los
instrumentos para crear la nueva civilización.
La reaparición del Instructor del Mundo es hoy esperada por
millones de personas, quienes perteneciendo a diferentes credos esperan al
Avatar bajo nombres tales como el Cristo, el Señor Maitreya, el Kalki Avatar,
el Mesías, el Imam Mahdi y el Bodisatva.
El empleo de La Gran Invocación es una de las herramientas
más poderosas en la preparación de la conciencia humana para la reaparición de
este Instructor Mundial.
El empleo de La Gran Invocación constituye un servicio
mundial, ya que responde directamente a la necesidad planetaria actual.
Necesitamos luz para iluminar el camino que se extiende hacia delante, y para
revelar la visión de una nueva civilización; necesitamos amor para gobernar las
relaciones entre los pueblos y poner fin al reinado del odio y del separatismo;
necesitamos el poder de la voluntad al bien para que esté presente en las
elecciones y toma de decisiones humanas.
La utilización masiva de La Gran Invocación en el Día
Mundial de Invocación reúne en sí una profunda significación espiritual, ya que
construye un canal a través del cual la luz, el amor y el poder pueden alcanzar
e irradiar los corazones y las mentes de las personas de todo el planeta.
La mayoría de los festivales de las principales religiones
del mundo se celebran en consonancia con el calendario lunar. La fecha del Día
Mundial de Invocación se determina de la misma manera. Se observa dos meses
después del Festival Cristiano de Pascua y un mes después del festival Budista
de Wesak.
El Día Mundial de Invocación es construido cada año con el
aporte de muchos grupos y organizaciones esparcidos por todo el mundo: Buena
Voluntad Mundial, Unidades de Servicio, Grupos Universalistas y de Buena Voluntad,
Grupos de Servicio Social y ONG’s, Grupos filosóficos, éticos y religiosos,
esoteristas, meditadores, metafísicos, reikistas, practicantes de yoga, etc,
etc, etc
Parte tomado de: http://hermandadblanca.org/